Enhorabuena, como seres humanos necesitados de amor, ya que el jubileo nos recuerda que hay Alguien que siempre está cercano, próximo, atento a nuestra vida con lazos de amor y de ternura.
Enhorabuena como cristianos, convocados en este jubileo a salir de donde estamos, ponernos en camino de renovación, atravesar la puerta santa de la conversión y abandonarnos confiadamente en manos de aquel que sabemos tiene siempre entrañas de amor y perdón.
Enhorabuena como sevidores de los pobres en Cáritas, porque si nos dejamos afectar, convertir y renovar por la misericordia que se nos ofrece, los que están a nuestro lado, podrán experimentar en nuestras personas y servicios el rostro misericordioso del Padre que nos mueve a ser misericordiosos.
Enhorabuena como Iglesia que somos, porque si entramos en lo profundo de lo que significa un “año santo” y de lo que entraña la “misericordia” necesariamente revertirá en un fortalecimiento de la justicia y de caridad en nuestras relaciones, tanto cercanas como institucionales y sociales, y en la misma Iglesia. (seguir leyendo)
En Cáritas estamos de enhorabuena ante el Jubileo de la Misericordia al que nos ha convocado el papa Francisco y nos convocan, a la vez, nuestras respectivas Iglesias Diocesanas. Y lo estamos por muchos motivos: